MundoAmerica de Latinpress

Invitado especial de Ecuador. Fabrizio Reyes de Luca: Tomás Moro.

In Uncategorized on 2 de junio de 2013 at 12:24

FABRIZIO REYESA propósito del discurso magistral pronunciado por la presidenta de la Asamblea Nacional el pasado viernes, Gabriela Rivadeneira, durante el acto de posesión del mandatario, Rafael Correa, vale la pena recordar la enorme figura del humanista cristiano de origen inglés, Thomas More, conocido por la castellanización de su nombre como Tomás Moro.

Este personaje fue un destacado pensador, teólogo, profesor, poeta y abogado. En su vida pública, se desempeñó como juez de negocios civiles, consejero del rey Enrique VIII desde 1518 y canciller de Inglaterra en 1529. En 1535 fue enjuiciado por orden de dicho rey, acusado de alta traición por no prestar el juramento antipapista frente al surgimiento de la Iglesia Anglicana, oponerse a su divorcio con la reina Catalina de Aragón y no aceptar el Acta de Supremacía, que declaraba al rey como cabeza de esta nueva iglesia.

Fue declarado culpable y sentenciado a muerte, permaneciendo en la prisión de la Torre de Londres hasta ser decapitado el 6 de julio de ese año. Moro fue beatificado en 1886 por el Papa León XIII y canonizado en 1935 por el Papa Pío XI. Posteriormente, el 31 de octubre del año 2000, Juan Pablo II lo proclamó: “patrón de los políticos y los gobernantes”.

Su obra cumbre fue “Utopía”, que se publicó en Lovaina en 1516, en la que abordó los problemas sociales de la humanidad, y describió un Estado ideal de tipo platónico en la nueva isla de Utopía, donde al hilo de una crítica de la situación de la Gran Bretaña de su época, introdujo los postulados del socialismo económico.

En su análisis, muestra los defectos de la organización social de su tiempo, el excesivo número de nobles, a quienes se refería como “zánganos ociosos que se alimentan del sudor y del trabajo de los demás” y de monjes mendicantes, “segundo tipo de parásitos”. Propugnaba la virtud como fundamento de la moralidad del Estado y la sustitución de la servidumbre económica por una rigurosa distribución del trabajo con una jornada laboral de 6 horas diarias, suficientes para proveer a la sociedad de las cosas necesarias para la vida y para la comodidad de las familias, permitiendo el ocio para el perfeccionamiento moral e intelectual de los ciudadanos.

La población debía organizarse en familias con un sistema patriarcal, donde el integrante masculino de mayor edad tendría la autoridad sobre los otros miembros. Sostenía también, que el Estado no debía ser la expresión de los intereses de la clase dominante. Al contrario, argumentaba que “una sociedad justa supone un fundamento totalmente diferente: allí donde la propiedad sea un derecho individual, allí donde todo se mida por el dinero, no se podrán nunca organizar la justicia y la prosperidad sociales”. Se establecía la propiedad común de los bienes, en contraste con el sistema de propiedad privada. En consecuencia, el modelo político de la utopía sería un régimen socialista.

Como corolario, quiero recordar un extracto de un pensamiento crítico de Tomás Moro, válido para todas las sociedades capitalistas: “Así, cuando observó esas repúblicas que hoy florecen por todas partes, no veo en ellas – ¡Dios me perdone! – sino la conjura de los ricos para procurarse sus propias comodidades en nombre de la república. Imaginan e inventan toda suerte de artificios para conservar, sin miedo a perderlas, todas las cosas de que se han apropiado con malas artes, y también para abusar de los pobres pagándoles por su trabajo tan poco dinero como pueden”. Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpress.es  LPs

Deja un comentario